Cualquier instrumento, incluyendo nuestro dedo que desliza la arena de la playa o la gota de agua derramada sobre la mesa, puede generar una impronta, una huella o marca visible a la que llamamos dibujo.
El dibujo es una acción primaria, que se relaciona con esta huella que nuestro cuerpo provoca en el mundo. Ha sido una forma fundamental de expresión pública a través de la historia y es el modo más simple y eficaz de comunicar ideas visuales.
La marca visible recoge las variadas aproximaciones formales y técnicas al dibujo contemporáneo que llevan a cabo un grupo de seis artistas de las Islas Baleares: Mònica Fuster, Albert Pinya, Cristòfol Pons, Isabel Servera, Cruz Ugarte y Damià Vives privilegiando la idea de esta práctica multifacética como la mejor huella visible de lo humano. Un rastro de vida que se origina en el trabajo y certifica esa identificación esencial de vida y tiempo.